lunes, 23 de agosto de 2010

Común y complicada: la felicidad

Un día, Nathaniel Hawthorne dijo: “La felicidad es como una mariposa que, cuando se la persigue, siempre está fuera de nuestro alcance, pero si te paras y te sientas en silencio, podría posarse encima de ti”. Para mí, es más que un sentimiento, más que una acción y más que una sonrisa. Muchas veces, nos ponemos a pensar que deseamos alcanzarla; pero, cuando enfrentamos esos terrible momentos de infelicidad, vemos que es casi imposible llegar a ese estado de plenitud tan anhelado. Definitivamente, la felicidad es muy buscada, pero no siempre encontrada.

Para la ciencia, la felicidad podría consistir en la expulsión de endorfinas en el cuerpo. Para la economía, podría ser cuando el beneficio de algo es mayor que el costo de hacerlo. A pesar de que todo lo anterior es cierto, la felicidad trasciende cualquier explicación científica, pues las personas que la experimentan saben que es una combinación de estados, lo cual los hace sentirse en su máximo esplendor.

A lo largo de la semana, he tenido la oportunidad de preguntar qué es la felicidad. Traté de hacer mi investigación con personas de diferentes gustos y personalidades para encontrar definiciones más variadas; sin embargo, todas las respuestas mantienen cierto grado de similitud, ya que la felicidad, aunque es tan compleja, trasciende lo material y se basa más en lo interior, en el espíritu de cada uno, y en cómo se puede generar una influencia positiva hacia el exterior.

Es curioso que muchos, incluyéndome, dudan sobre qué decir ante tal pregunta. La felicidad nos parece una palabra común en nuestro vocabulario, pero especificar lo que representa en nuestra vida parece ser una tarea un poco complicada. Por eso, empecé preguntándole a mi familia, luego a mis amigos y por último a un grupo de conocidos.

Mi madre me dijo que “la felicidad es un bonito sentimiento que surge gracias a las cosas buenas que nos suceden, ya sea por lo que recibimos de otras personas o por lo que nosotros logramos hacer para que otros estén felices”. Comparto que cuando se logra influenciar positivamente nuestro entorno es cuando hemos llegado a un grado en que es posible transmitir felicidad a los demás, ya que, desde mi punto de vista, cuando nuestros seres queridos están bien, nosotros también lo estaremos.

Por otro lado, hice la misma pregunta a uno de mis mejores amigos, entre risas y bromas me habló de cosas materiales, pero luego de un momento de reflexión me comentó que “la felicidad es un sentimiento que te hace sentir con una gran tranquilidad, entusiasmo, positivismo y una mezcla de un montón de cosas más. No importa todo lo negativo que esté pasando a tu alrededor, siempre te vas a sentir feliz cuando algo te llene por completo, y eso incluye a la familia, los amigos, Dios y el amor”. Él fue de las pocas personas que mencionó a Dios. Creo que parte de la felicidad es cuando se logra un balance de muchas cosas, se es feliz cuando se logra tener bien el ámbito personal y social, pero también es importante tener y renovar un espacio espiritual que logre combinar todos los buenos sentimientos con un ideal de que hay algo más allá de este mundo que está siendo feliz gracias a la felicidad propia.

Mi última “víctima” para completar este ensayo fue una persona "x". Ella piensa que la felicidad es “tener una meta y lograrla; y, lo más importante, lograrlo junto a la familia, compartiendo con el ser amado, los hijos y también con las personas queridas”. Ella, al igual que yo, asocia la felicidad con la autorrealización. El ser o no ser exitoso no definirá del todo quien puede ser feliz, pero seguramente brindará un momento de satisfacción con uno mismo, lo cual hace que muchos se sientan plenos. Cabe mencionar a Ralph Waldo Emerson quien cita: “el éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene”.

Al final de mi investigación, he descubierto que la felicidad se basa en momentos, aquellos que hacen que nos sintamos bien con todo nuestro ser. Por eso, no existe persona feliz, ni tampoco infeliz. Pues, para mí, alguien feliz será aquel que logre tener más de esos momentos y, más importante, que los sepa vivir al máximo. En este mundo lleno de problemas y calamidades es difícil encontrarse en un grado de total felicidad, pero sí importa --y mucho-- cómo se ve la vida y cómo se actúa para mejorar día a día, pues “la mayoría de la gente es tan feliz como ha decido serlo” (Abraham Lincoln).